LA UNIVERSIDAD DE LA PLATA SE ABRIÓ PARA DEBATIR y CONSTRUIR UN NUEVO PROYECTO EDUCATIVO Y UN PROYECTO DE INTEGRACIÓN LATINOAMERICANO.
"Tenemos que construir la Universidad al servicio de las mayorías"
El 30, 31 de mayo y 1 de junio en la Universidad de La Plata se realizó el III Foro de Educación “Latinoamérica Educa”, donde se debatió sobre el rol estratégico de la educación en la disputa por la construcción del sujeto revolucionario, la enseñanza para la emancipación y la conducción del movimiento nacional. Vuelve a tomar fuerza la alianza estratégica del movimiento estudiantil con el movimiento de los trabajadores.
El encuentro fue organizado por el MILES (Movimiento independiente latinoamericanista estudiantil) y se realizó los días 30, 31 de mayo y 1º de junio, en la Universidad Nacional de La Plata. Durante esos tres días, más de mil estudiantes participaron de los 35 talleres, paneles y mesas redondas que contaron con la exposición de académicos, profesionales y trabajadores de todos los ámbitos sociales, en lo que se concibió como un “espacio para debatir la educación que queremos”.
El Foro Latinoamérica Educa en su tercera edición contó con una diversidad de temas y ejes a debatir que desbordó lo que es la educación superior, para empezar a debatir un proyecto de educación integral, siempre en relación con un modelo productivo y un proyecto de sociedad.
El día viernes, luego de una jornada de arduo trabajo en diferentes talleres y paneles, se dio cierre con una mesa redonda acerca de los “Lineamientos estratégico del proyecto de educación para una nueva sociedad latinoamericana” en la que expusieron Walter Formento, sociólogo, investigador y profesor; Gabriel Merino, Representante del MILES y Secretario de Asuntos Latinoamericanos de la Federación Universitaria Argentina (FUA); y el secretario General de la CTA, Hugo Yasky.
Inició la ronda Gabriel Merino, quien señaló “Ya pasamos el momento de resistir al modelo neoliberal, ahora es el momento de construir una ofensiva, un nuevo proyecto estratégico de educación acorde a un proyecto popular latinoamericanista”. El referente estudiantil rescató de la historia la Reforma Universitaria de 1918 “Latinoamericanista en esencia, que puso a la Universidad de cara a las necesidades de la sociedad de ese momento. Pero el movimiento estudiantil después volvió a jugar para la oligarquía, bajo formas izquierdistas o liberales de derecha”.
“El país necesita una Universidad politizada, que batalle contra la idea de civilización y barbarie. Esta idea de que el pueblo es ignorante, es bárbaro, y por lo tanto está ciegamente conducido por líderes demagogos, que el pueblo no tienen conciencia de clase. Pero es un terrible error político. Porque la conciencia de clase se hace material cuando se es conciente en la lucha, cuando se trabaja contra la explotación. Y la Universidad tiene una función social que cumplir, tiene que ser inclusiva, no con becas individuales, sino que tienen que orientarse a que fracciones enteras de la sociedad ingresen. La universidad debe tener un marco latinoamericano porque no hay proceso de transformación que pueda darse sino es en el marco de la integración de los pueblos latinoamericanos”.
“Tenemos que volver a forjar la alianza entre el movimiento obrero y el movimiento estudiantil. La Universidad debe ser la alianza estratégica entre la ciencia y el pueblo. Que debe rescatar y sistematizar los saberes populares y aportar herramientas para la transformación. La docencia y enseñanza debe ser para la emancipación. Debe ser una Universidad que organice, porque sin organización no hay proyecto. Sin organización simplemente hay ideas abstractas.
Este Foro es una instancia de debate y de organización. Vuelve a levantarse el movimiento estudiantil en Latinoamérica, vuelve a articularse con las luchas obreras en alianza estratégica con el movimiento obrero y campesino de Latinoamérica, volvemos a ser protagonistas de la historia, está en nosotros tomar esas riendas” concluyó Merino.
A su turno, Hugo Yasky expresó “Los sectores hegemónicos intentan desencajar a la Universidad de las luchas populares, porque para ellos la función de la Universidad es formar a la elite que va a conducir la sociedad, reproduciendo el sistema de dominación. Por esta razón, muchas veces se intenta volcar el movimiento estudiantil en contra de las grandes causas populares. Hoy estamos en una histórica que nos pone en el camino de construir una nueva sociedad en la que se termine con esa lógica que a principio de los 90 le dio forma a lo que los militares habían construido con el genocidio. Con un tipo de sociedad en la que imperaba el individualismo y la sumisión a los organismos extranjeros que han promovido la privatización de la educación”.
Luego, Yasky propuso “Tenemos que empezar a discutir una nueva ley Universitaria que permita avanzar en la construcción de un país con autonomía de los intereses imperialistas. Que ponga en jaque los fatalismos de intelectuales que promovían la sumisión a los sistemas neoliberales. La Ley Federal de Educación, y de Educación Superior diseñó la exclusión educativa porque el proyecto del país requería de eso, porque era un país que necesitaba de mano de obra barata La escuela pública es un campo en disputa, y el tema no es quien es más o menos de izquierda, el tema es si estamos dispuestos a construir relaciones de fuerza del movimiento popular que nos permitan avanzar”.
“Los 1.040 pesos que se lograron de aumento para los docentes en el país, significan un avance importante, que está lejos de lo que hace falta, pero mucho más lejos están nuestros alumnos. El pibe del Chaco, de Formosa, y Misiones sigue en las miserables condiciones que estaba antes de la existencia de esta ley y de la ley de educación. No hay manera de construir una universidad popular sino es en el marco de un proyecto popular, es decir, no hay manera de distribuir conocimiento democráticamente sino vivimos en un país que distribuya la riqueza democráticamente”.
“Hay que disputar el sentido de la Universidad. Y para esa disputa es clave construir un sujeto social que sea capaz de pararse frente a los que van a querer definir esta universidad para sus intereses. Los estudiantes y trabajadores en alianza estratégica vamos a poder dar esta batalla. Los trabajadores también tenemos que estar inmersos en el debate sobre qué educación queremos, en todos los niveles educativos. Tenemos que construir la Universidad al servicio de las mayorías”.
El conocimiento estratégico
Cerró la mesa el sociólogo Walter Formento, quien dijo “Cada vez que hay un momento histórico en el que las grandes potencias se empantanan sobre sus propias contradicciones, como es hoy la guerra de Irak, se abre una ventana histórica para que podamos construir un proyecto propio. Al mismo tiempo entran en crisis los partidos políticos tradicionales que ya no son el vehículo a través del cual se expresan las grandes mayorías populares. En este panorama las grandes mayorías inician el camino del movimiento nacional, la construcción de una nueva síntesis. Esto sucedió entre 1890 y 1916, entre 1934 y 1946, no es nuevo en la Argentina, estamos recuperando nuestra propia historia”.
“Otro aspecto es que aparecen nuevas formas de empresas dominantes, estas redes financieras que se concentran en el momento estratégico del negocio y terciarizan el 80% de su planta, y flexibilizan, informalizan y empobrecen el sistema, para hacer negocios en Argentina, en Filipinas, en Indonesia o en donde sea. Y son financieras porque les da lo mismo fabricar pizzas que pizarrones, fabricar prostitución, timba, dados o poesía cruel. Eso quiere decir financiero, que no tienen relación con el producto que producen ni los contenidos, su compromiso es con la valorización del dinero”.
“La sociedad post industrial o posmoderna de la que nos hablaban, tienen que ver con lo que llaman la sociedad del conocimiento. Y en realidad, la sociedad del conocimiento quiere decir que el gran núcleo de control para garantizar la expropiación del esfuerzo nacional y popular, pasa por el control del conocimiento estratégico. Nosotros tenemos todo un desarrollo científico por ejemplo en fármacos, una cosa que no están logrando los grandes laboratorios internacionales, y a la hora de transformar ese fármaco en un proceso productivo y en una unidad de negocio no lo podíamos lograr porque nosotros somos investigadores pero no controlamos nada del proceso productivo y del proceso de producción, entonces moríamos a los pies de los grandes laboratorios. No era eso el conocimiento estratégico, sino que es el conocimiento de la capacidad de diseño, concepción y planificación estratégica del negocio. Justamente lo que mantiene controlada la unidad de negocios financiera, mantiene en control el conocimiento sobre el diseño, la concepción y la planificación estratégica, más la unidad de ensamble para no perder el control. Terciariza, se desprende de las unidades estándar de producción y administración, es el 80%. Mantiene el control del núcleo del conocimiento estratégico”.
“Por eso cuando vienen a la Argentina necesitan destruir todo el sistema educativo. Porque el sistema público educativo tiene la capacidad de producir cuadros para producir un sistema alternativo. Ellos necesitaban destruir el sistema educativo para que el país no solo no se industrializara, sino que se amoldara a los intereses extranjeros. Tenía que producir alimentos baratos, tenía que producir energía barata, y de ahí viene la matriz energética para producir alimentos y para exportar energía a Chile y a San Pablo, una matriz energética para un país no industrial y para 15 millones de personas. La matriz energética para el proyecto de país neoliberal sobraba. Empieza a faltar, porque empezó a caminar y a ponerse de pie todo un sistema productivo y ya tenemos el cuello de botella de la matriz energética, y alguno dijo “improvisión”, pero no, proyecto estratégico, ¿qué improvisión? la matriz energética está diseñada para otro país, no para el nuestro. Eso es parte del conocimiento estratégico, por eso vienen por el sistema educativo y por eso nosotros debemos ir por el sistema educativo. Porque tenemos que llevarlo a un nuevo estadio, tenemos que recuperar todo el conocimiento acumulado del sistema educativo y llevarlo a otro momento superior, porque tenemos que dar cuenta de los nuevos desafíos”.
“La educación es un gran espacio de legitimidad. Allí se cruzan todos los sectores sociales, porque la comunidad educativa es la comunidad productiva. Y allí está el espacio que necesitamos para que ese 90% de la sociedad deje de ser menos de 10. Porque en matemáticas 90 nunca puede ser menor a 10. Solo en política 90 es menor a 10 cuando 90 está desarticulado, cuando cada uno de ese 90 tira para su lado y no articula, y no suma. Ese es el espacio educativo, tiene la capacidad de plantearnos el debate a cerca de la articulación. Y el desafío a cerca de la construcción de esta fuerza político social es un desafío complejo. Porque además de articular esa heterogeneidad histórico social, de ese 90% muchos son peronistas, muchos radicales, muchos independientes pero con un fuerte sentido nacional, y otros de la izquierda pero con un profundo compromiso de cambio nacional y latinoamericano. Y cuando digo peronismo no estoy hablando del PJ, estoy hablando de esa identidad histórica que no coincide con el instrumento electoral”.
“Conducir el movimiento nacional es conducir ese proceso de articulación de heterogeneidad social pero también de esta heterogeneidad de identidades, donde cada uno quiere teñir al resto con su propia historia. Pero es la síntesis lo que tenemos que pensar. No hay organización, no hay unidad en la construcción de esta fuerza político social sino recuperamos la participación, sino recuperamos la mística del compromiso de la participación y la militancia. Y sino recuperamos el debate de qué es la participación y de qué es la militancia en el sentido teórico y práctico. No formamos cuadros, si los compañeros que militan no tienen la capacidad de organizar cada uno de esos a por lo menos 10. En términos teóricos, hay que trabajar conjuntamente con los compañeros en la comunicación de la nueva visión estratégica popular, nacional y latinoamericana. No batallo en el plano de las ideas sino puedo batallar cómo llegar a ese diagnóstico y a esa visión común. No tengo capacidad de cuadro sino puedo trabajar la concepción acerca de cómo construir lo nuevo y disputar el movimiento nacional, desde adentro”.
El sociólogo finalmente planteó “Esta oportunidad histórica nos desafía a construir esa fuerza político social, necesitamos construir en el debate esa visión estratégica de la realidad, necesitamos construir el espacio de la participación, necesitamos construir esos cuadros que hagan posible la articulación de ese 90% que es esta heterogeneidad social. El espacio de la educación es un gran punto de partida, a partir del cual pueda salir a militar y a cruzar al sujeto histórico en términos de sujeto de la revolución. Este es nuestro desafío”.
"Tenemos que construir la Universidad al servicio de las mayorías"
El 30, 31 de mayo y 1 de junio en la Universidad de La Plata se realizó el III Foro de Educación “Latinoamérica Educa”, donde se debatió sobre el rol estratégico de la educación en la disputa por la construcción del sujeto revolucionario, la enseñanza para la emancipación y la conducción del movimiento nacional. Vuelve a tomar fuerza la alianza estratégica del movimiento estudiantil con el movimiento de los trabajadores.
El encuentro fue organizado por el MILES (Movimiento independiente latinoamericanista estudiantil) y se realizó los días 30, 31 de mayo y 1º de junio, en la Universidad Nacional de La Plata. Durante esos tres días, más de mil estudiantes participaron de los 35 talleres, paneles y mesas redondas que contaron con la exposición de académicos, profesionales y trabajadores de todos los ámbitos sociales, en lo que se concibió como un “espacio para debatir la educación que queremos”.
El Foro Latinoamérica Educa en su tercera edición contó con una diversidad de temas y ejes a debatir que desbordó lo que es la educación superior, para empezar a debatir un proyecto de educación integral, siempre en relación con un modelo productivo y un proyecto de sociedad.
El día viernes, luego de una jornada de arduo trabajo en diferentes talleres y paneles, se dio cierre con una mesa redonda acerca de los “Lineamientos estratégico del proyecto de educación para una nueva sociedad latinoamericana” en la que expusieron Walter Formento, sociólogo, investigador y profesor; Gabriel Merino, Representante del MILES y Secretario de Asuntos Latinoamericanos de la Federación Universitaria Argentina (FUA); y el secretario General de la CTA, Hugo Yasky.
Inició la ronda Gabriel Merino, quien señaló “Ya pasamos el momento de resistir al modelo neoliberal, ahora es el momento de construir una ofensiva, un nuevo proyecto estratégico de educación acorde a un proyecto popular latinoamericanista”. El referente estudiantil rescató de la historia la Reforma Universitaria de 1918 “Latinoamericanista en esencia, que puso a la Universidad de cara a las necesidades de la sociedad de ese momento. Pero el movimiento estudiantil después volvió a jugar para la oligarquía, bajo formas izquierdistas o liberales de derecha”.
“El país necesita una Universidad politizada, que batalle contra la idea de civilización y barbarie. Esta idea de que el pueblo es ignorante, es bárbaro, y por lo tanto está ciegamente conducido por líderes demagogos, que el pueblo no tienen conciencia de clase. Pero es un terrible error político. Porque la conciencia de clase se hace material cuando se es conciente en la lucha, cuando se trabaja contra la explotación. Y la Universidad tiene una función social que cumplir, tiene que ser inclusiva, no con becas individuales, sino que tienen que orientarse a que fracciones enteras de la sociedad ingresen. La universidad debe tener un marco latinoamericano porque no hay proceso de transformación que pueda darse sino es en el marco de la integración de los pueblos latinoamericanos”.
“Tenemos que volver a forjar la alianza entre el movimiento obrero y el movimiento estudiantil. La Universidad debe ser la alianza estratégica entre la ciencia y el pueblo. Que debe rescatar y sistematizar los saberes populares y aportar herramientas para la transformación. La docencia y enseñanza debe ser para la emancipación. Debe ser una Universidad que organice, porque sin organización no hay proyecto. Sin organización simplemente hay ideas abstractas.
Este Foro es una instancia de debate y de organización. Vuelve a levantarse el movimiento estudiantil en Latinoamérica, vuelve a articularse con las luchas obreras en alianza estratégica con el movimiento obrero y campesino de Latinoamérica, volvemos a ser protagonistas de la historia, está en nosotros tomar esas riendas” concluyó Merino.
A su turno, Hugo Yasky expresó “Los sectores hegemónicos intentan desencajar a la Universidad de las luchas populares, porque para ellos la función de la Universidad es formar a la elite que va a conducir la sociedad, reproduciendo el sistema de dominación. Por esta razón, muchas veces se intenta volcar el movimiento estudiantil en contra de las grandes causas populares. Hoy estamos en una histórica que nos pone en el camino de construir una nueva sociedad en la que se termine con esa lógica que a principio de los 90 le dio forma a lo que los militares habían construido con el genocidio. Con un tipo de sociedad en la que imperaba el individualismo y la sumisión a los organismos extranjeros que han promovido la privatización de la educación”.
Luego, Yasky propuso “Tenemos que empezar a discutir una nueva ley Universitaria que permita avanzar en la construcción de un país con autonomía de los intereses imperialistas. Que ponga en jaque los fatalismos de intelectuales que promovían la sumisión a los sistemas neoliberales. La Ley Federal de Educación, y de Educación Superior diseñó la exclusión educativa porque el proyecto del país requería de eso, porque era un país que necesitaba de mano de obra barata La escuela pública es un campo en disputa, y el tema no es quien es más o menos de izquierda, el tema es si estamos dispuestos a construir relaciones de fuerza del movimiento popular que nos permitan avanzar”.
“Los 1.040 pesos que se lograron de aumento para los docentes en el país, significan un avance importante, que está lejos de lo que hace falta, pero mucho más lejos están nuestros alumnos. El pibe del Chaco, de Formosa, y Misiones sigue en las miserables condiciones que estaba antes de la existencia de esta ley y de la ley de educación. No hay manera de construir una universidad popular sino es en el marco de un proyecto popular, es decir, no hay manera de distribuir conocimiento democráticamente sino vivimos en un país que distribuya la riqueza democráticamente”.
“Hay que disputar el sentido de la Universidad. Y para esa disputa es clave construir un sujeto social que sea capaz de pararse frente a los que van a querer definir esta universidad para sus intereses. Los estudiantes y trabajadores en alianza estratégica vamos a poder dar esta batalla. Los trabajadores también tenemos que estar inmersos en el debate sobre qué educación queremos, en todos los niveles educativos. Tenemos que construir la Universidad al servicio de las mayorías”.
El conocimiento estratégico
Cerró la mesa el sociólogo Walter Formento, quien dijo “Cada vez que hay un momento histórico en el que las grandes potencias se empantanan sobre sus propias contradicciones, como es hoy la guerra de Irak, se abre una ventana histórica para que podamos construir un proyecto propio. Al mismo tiempo entran en crisis los partidos políticos tradicionales que ya no son el vehículo a través del cual se expresan las grandes mayorías populares. En este panorama las grandes mayorías inician el camino del movimiento nacional, la construcción de una nueva síntesis. Esto sucedió entre 1890 y 1916, entre 1934 y 1946, no es nuevo en la Argentina, estamos recuperando nuestra propia historia”.
“Otro aspecto es que aparecen nuevas formas de empresas dominantes, estas redes financieras que se concentran en el momento estratégico del negocio y terciarizan el 80% de su planta, y flexibilizan, informalizan y empobrecen el sistema, para hacer negocios en Argentina, en Filipinas, en Indonesia o en donde sea. Y son financieras porque les da lo mismo fabricar pizzas que pizarrones, fabricar prostitución, timba, dados o poesía cruel. Eso quiere decir financiero, que no tienen relación con el producto que producen ni los contenidos, su compromiso es con la valorización del dinero”.
“La sociedad post industrial o posmoderna de la que nos hablaban, tienen que ver con lo que llaman la sociedad del conocimiento. Y en realidad, la sociedad del conocimiento quiere decir que el gran núcleo de control para garantizar la expropiación del esfuerzo nacional y popular, pasa por el control del conocimiento estratégico. Nosotros tenemos todo un desarrollo científico por ejemplo en fármacos, una cosa que no están logrando los grandes laboratorios internacionales, y a la hora de transformar ese fármaco en un proceso productivo y en una unidad de negocio no lo podíamos lograr porque nosotros somos investigadores pero no controlamos nada del proceso productivo y del proceso de producción, entonces moríamos a los pies de los grandes laboratorios. No era eso el conocimiento estratégico, sino que es el conocimiento de la capacidad de diseño, concepción y planificación estratégica del negocio. Justamente lo que mantiene controlada la unidad de negocios financiera, mantiene en control el conocimiento sobre el diseño, la concepción y la planificación estratégica, más la unidad de ensamble para no perder el control. Terciariza, se desprende de las unidades estándar de producción y administración, es el 80%. Mantiene el control del núcleo del conocimiento estratégico”.
“Por eso cuando vienen a la Argentina necesitan destruir todo el sistema educativo. Porque el sistema público educativo tiene la capacidad de producir cuadros para producir un sistema alternativo. Ellos necesitaban destruir el sistema educativo para que el país no solo no se industrializara, sino que se amoldara a los intereses extranjeros. Tenía que producir alimentos baratos, tenía que producir energía barata, y de ahí viene la matriz energética para producir alimentos y para exportar energía a Chile y a San Pablo, una matriz energética para un país no industrial y para 15 millones de personas. La matriz energética para el proyecto de país neoliberal sobraba. Empieza a faltar, porque empezó a caminar y a ponerse de pie todo un sistema productivo y ya tenemos el cuello de botella de la matriz energética, y alguno dijo “improvisión”, pero no, proyecto estratégico, ¿qué improvisión? la matriz energética está diseñada para otro país, no para el nuestro. Eso es parte del conocimiento estratégico, por eso vienen por el sistema educativo y por eso nosotros debemos ir por el sistema educativo. Porque tenemos que llevarlo a un nuevo estadio, tenemos que recuperar todo el conocimiento acumulado del sistema educativo y llevarlo a otro momento superior, porque tenemos que dar cuenta de los nuevos desafíos”.
“La educación es un gran espacio de legitimidad. Allí se cruzan todos los sectores sociales, porque la comunidad educativa es la comunidad productiva. Y allí está el espacio que necesitamos para que ese 90% de la sociedad deje de ser menos de 10. Porque en matemáticas 90 nunca puede ser menor a 10. Solo en política 90 es menor a 10 cuando 90 está desarticulado, cuando cada uno de ese 90 tira para su lado y no articula, y no suma. Ese es el espacio educativo, tiene la capacidad de plantearnos el debate a cerca de la articulación. Y el desafío a cerca de la construcción de esta fuerza político social es un desafío complejo. Porque además de articular esa heterogeneidad histórico social, de ese 90% muchos son peronistas, muchos radicales, muchos independientes pero con un fuerte sentido nacional, y otros de la izquierda pero con un profundo compromiso de cambio nacional y latinoamericano. Y cuando digo peronismo no estoy hablando del PJ, estoy hablando de esa identidad histórica que no coincide con el instrumento electoral”.
“Conducir el movimiento nacional es conducir ese proceso de articulación de heterogeneidad social pero también de esta heterogeneidad de identidades, donde cada uno quiere teñir al resto con su propia historia. Pero es la síntesis lo que tenemos que pensar. No hay organización, no hay unidad en la construcción de esta fuerza político social sino recuperamos la participación, sino recuperamos la mística del compromiso de la participación y la militancia. Y sino recuperamos el debate de qué es la participación y de qué es la militancia en el sentido teórico y práctico. No formamos cuadros, si los compañeros que militan no tienen la capacidad de organizar cada uno de esos a por lo menos 10. En términos teóricos, hay que trabajar conjuntamente con los compañeros en la comunicación de la nueva visión estratégica popular, nacional y latinoamericana. No batallo en el plano de las ideas sino puedo batallar cómo llegar a ese diagnóstico y a esa visión común. No tengo capacidad de cuadro sino puedo trabajar la concepción acerca de cómo construir lo nuevo y disputar el movimiento nacional, desde adentro”.
El sociólogo finalmente planteó “Esta oportunidad histórica nos desafía a construir esa fuerza político social, necesitamos construir en el debate esa visión estratégica de la realidad, necesitamos construir el espacio de la participación, necesitamos construir esos cuadros que hagan posible la articulación de ese 90% que es esta heterogeneidad social. El espacio de la educación es un gran punto de partida, a partir del cual pueda salir a militar y a cruzar al sujeto histórico en términos de sujeto de la revolución. Este es nuestro desafío”.